Con este relato quedé entre los cinco finalistas de un concurso. Ahora que ya terminó, y no gané, todo sea dicho de paso, quiero compartirlo con tod@s vosotr@s. Aunque la experiencia fue muy buena, y sí, ha sido mi primera participación en algo así, pero os aseguro que no será la última. Espero que lo disfrutéis.
AMOR DE IDA Y VUELTA
Mientras sus labios devoran los míos, mis manos
desabrochan su corbata. Mis dedos vuelan sobre los botones de su camisa y la
visión que ya me ofrece su torso desnudo empieza a hacer que se me acelere el
corazón.
Su sonrisa me dice que sabe lo que estoy pensando.
Le gusta pavonearse frente a mí, mostrándome su escultural cuerpo y aumentando
mi excitación con sus sensuales caricias sobre mi cuerpo semidesnudo.
Su corbata cuelga desanudada de su cuello. Agarro
los dos extremos y con fuerza lo acerco de nuevo a mi boca besándolo
apasionadamente y le quito la camisa y los pantalones. Sus expertos dedos
desabrochan el cierre de mi sujetador y mis pechos sienten el contacto de la
piel de su torso.
Seguimos unidos por nuestras bocas y por el roce de
nuestros cuerpos, su mano acaricia dulcemente mi sexo por encima de mis bragas,
pero yo no puedo contenerme tanto e introduzco mi mano dentro de sus boxers.
De repente cesan sus caricias, se revuelve sobre mí
haciendo que mi mano pierda el contacto con su pene y se sienta sobre mis
caderas. ¡Oh sí! La visión es perfecta. Y me deleito, recreándome y estudiando
cada centímetro de su piel.
Una sonrisa maliciosa aparece en su rostro y empieza
a deslizar lentamente la corbata que todavía cuelga de su cuello. Sus ojos se
pierden sobre mi cuerpo mientras se acerca a mí, sujetando ahora entre sus
manos la corbata, extendida frente a mis ojos.
—No lo hagas, por favor. Quiero verte —le suplico.
—Luego me verás, preciosa. Ahora quiero que sólo me
sientas —me susurra al oído.
La oscuridad se cierne sobre mí y mi excitación
aumenta a cada segundo.
Empiezo a sentir sus besos sobre mi cuello y le
abrazo fuerte contra mí.
—Shhh… no puedes tocarme… sólo yo lo haré… —me sigue
susurrando.
Sus fuertes manos atrapan mis muñecas y sujetándolas
por encima de mi cabeza me ordena que las mantenga ahí quietas. Sus labios
siguen sobre mi cuerpo, quemándome a su paso.
Se me agudizan los sentidos y mi corazón se acelera
a mil por hora en el mismo momento en que siento su dedo acariciando mis labios
y trazando una línea, se desliza por mi barbilla, baja por mi cuello y sigue su
lento y delicioso recorrido entre mis pechos en dirección a mi abdomen.
Allí se entretiene dibujando círculos alrededor de
mi ombligo y ya, en este momento, es cuando mi cuerpo se rinde totalmente bajo
los efectos de su dulce y casi imperceptible caricia.
Es increíble cómo, con tan sólo la yema de su dedo,
puede llevarme al paraíso del placer de una forma tan rápida y tan excitante.
Siento como se tiende a mi lado y besándome el
hombro, reanuda el peregrinaje sobre mi cuerpo y siento correr una línea de
fuego por mi pubis.
Todavía no ha tocado mi sexo y mis gemidos brotan de
mi garganta de una forma descontrolada, el deseo de que me toque me mata y lo
sabe, le suplico que lo haga y mi deseo es concedido.
Su dedo se adentra en mi caliente interior y su
excitación aumenta al encontrarse con mi humedad, eso le vuelve loco y su
locura se refleja en la presión que ejerce su pene sobre mi muslo.
Mi clítoris es atrapado por sus caricias y lo siento
duro e hinchado bajo sus dedos, mis manos se pierden entre sus cabellos
mientras él besa descontroladamente mis pechos y yo me dejo arrastrar hacia las
puertas del cielo, acompañada por un orgasmo tan sensual e intenso que me hace
sentir la mujer más deseada del mundo.
2 comentarios:
Enhorabuena por el relato y por haber quedado finalista :)
Muy buena tu frase: "El amor, al final lo estropea todo" (Pero déjala para un relato nada más)
Besos
Muchas gracias Mayte!!!
Y sí, la frase es buena... ;)
Un besazo enorme!!!
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